El amo de Dopey, una tierna e intuitiva hámster, le construó un ascensor con los famosos bloques de plástico, en cuya base hay un sensor de peso conectado a un microcomputador, el que activa el motor que eleva la plataforma para que la roedora viva horas de emoción (¿o crueldad?) tratando de subir a su loft de descanso.
jueves, 10 de julio de 2008
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